Thursday, July 13, 2023

Under a green sky

What a difference a change of season makes! Even here, with our mild climate, winter and summer. Walking in mixed woods, down a trail I last saw in the winter; a heavily-logged off area, in recovery, with young trees; I was hard put to find landmarks I had noticed before. Back then, the light was greyish; the deciduous trees, mostly alders, were bare and everything overhead was outlined in black and white. The ground, though, was green with moss and the evergreen Oregon grapes. Ghostly green lichens covered damp stumps.

Now, in the summer, the colours are reversed. The green is overhead; the sunlight looks yellow and highlights every branch. But on the ground, I looked and looked for the stumps I had photographed in the winter. I think I found one. Can't be sure. All the stumps are brown and dry now; so is the moss, shrivelled and crispy-looking. The Oregon grapes stay the same.

A healthy forest includes a mix of living and dead trees; in an older forest, the dead trees lie on the ground (mostly), rotting away, providing nutrients for their kin, and for the shrubbery in the understory, the mosses and lichens and fungi. Here, in this young forest, the dead alders, still barely sticks, are still upright, but fall over with a gentle push. The branches that cross the path are easily snapped off. The evergreens are tougher material; tangles of dead branches line the trunks, but far overhead, there are still green needles.

Some of the dead or dying pines wear marble- to golf ball-sized hard lumps.

Western gall rust, Endocromartium harknessii on Lodgepole pine.

These lumps are caused by a fungal infection that affects pines. The spores are yellow, produced in the spring. These ones are old, spent. I brought a couple home; they're hard as stones, and I wasn't able to cut them open. Maybe if I'd slammed them with a big hammer they would have shattered, but I was looking to see if they had harboured larvae, and that would have destroyed their tunnels and exit holes. As it was, though, there were no exit holes, and on FieldNaturalists of Van.I, they identified them as the gall rust; no larvae needed.

Gall formation is typically not detrimental to old trees, but has been known to kill younger, less stable saplings. (Wikipedia)
A few more finds from that walk:

Moss and scars on alder trunks.

A mushroom sprouting from a punk wood log at the bottom of a ravine.

And nearby, in the shade, a trillium ripening its seed.

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¡Cuanta diferencia hace un cambio de estación! Aun aquí, en nuestro clima tan templado, verano e invierno. Caminando en un bosque mixto, en un sendero que vi por última vez a mediados de invierno, (un sitio donde talaron el bosque varias veces, y que ahora se está recuperando) me costó trabajo hallar puntos de referencia que había notado en el invierno. Entonces, la luz era un blanco con tonos de gris y los árboles de hoja caduca, por la mayor parte siendo alisos, portaban puras ramas desnudas, y todo lo que se veía arriba estaba delineado en blanco y negro. En el suelo, al contrario, todo era verde, con musgos y helechos y el arbusto corto, uvas de Oregón. Líquenes en verdes pálidos, fantasmagóricos, cubrían los troncones cortados.

Ahora en verano, los colores se vuelven al reverso. Lo verde está arriba; la luz del sol se ve amarilla y delinea cada rama. Pero abajo, en el suelo, busqué los troncos que en invierno se cubrían de musgos de verde brillante. Busqué y tal vez encontré uno; no puedo estar segura. Todo está seco y color café ahora y el musgo está como tostado. Las uvas de Oregón (mahomia) no cambian.

Un bosque sano incluye una mezcla de árboles vivos y muertos; en un bosque viejo, los muertos reposan sobre la tierra, sirviendo de sostén y alimento a los vivos, y a los poblantes del sotobosque, los musgos, los arbustos, los hongos y líquenes. Aquí en un bosque joven los alisos muertos, todavía delgados, se mantienen de pie pero caen con un simple empujón. Las ramas secas que cruzan el sendero se pueden romper con una mano. Los pinos son más fuertes y ramas muertas enredadas envuelven los troncos, pero allá arriba, se ven las copas verdes.

Algunos de los pinos muertos, o tal vez al borde de la muerte, llevan unas pelotitas del tamaño de una canica al de una pelota de golf.

Foto: rama muerta de Pinus contorta con las masas.

Las masas, o roya de los pinos son producto de una infección fúngica de pinos, causada por el hongo Endocronartium harknessii. Producen esporas amarillas en la primavera. Estas ya están muertas. Llevé unas a casa y traté de abrirlas, buscando larvas o los agujeros que dejan los insectos al salir. No las pude romper ni cortar. Tal vez con un golpazo de martillo se podría, pero eso destruiría las señas que buscaba. Pero al fin de cuentas, no vi agujeros, y en el sitio Naturalistas de la Isla de Vancouver, me las identificaron como estas agallas. No habría larvas de todas maneras.

"La formación de agallas típicamente no daña a árboles maduros, pero se ha visto que matara a los arbolitos juveniles, aun menos fuertes." (Wikipedia)
Otras cosas vistas por el camino:

Fotos:
  1. Musgos y cicatrices sobre el tronco de un aliso.
  2. Un hongo creciendo en madera bien podrida, al fondo de un pequeño barranco.
  3. Y a su lado, un trillium madurando sus semillas.

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