Forever hungry.

 Normal fall weather; rain, wind, fog. I watched a couple of gulls from the shelter of the car.

The mother.

And her huge chick.

The youngster stood by the car, begging, begging. As young birds do. I tossed out a small bag of leftover cat food that the cat had refused to eat on the grounds that breakfast leftovers are inedible at lunch time. The gulls aren't so persnickety.

But the young gull kept up his begging "peep!" the whole time, even as he cleared up the last of my goodies. I even added a few sesame seed crackers. And he still peeped, in between mouthfuls. Typical teenager!

I had forgotten that I'd turned off the sound on the camera. Sorry about that.

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Era una tarde típica del otoño; lluvia, viento, neblina. Observaba dos gaviotas desde las ventanas del coche.

1. La gaviota madre.
2. Su hijo, ya bien grande.

La gaviota joven se acercó al coche, pidiendo comida, más bien mendigando, como lo hacen los pajaritos en sus nidos. Yo le di una bolsita de sobrantes de comida de gato, comida que la gata se había negado a comer, pues, afirmaba ella, los sobrantes del desayuno ya no sirven a mediodía. Las gaviotas no son tan quisquillosos.

Pero el joven siguió con su "pio, pio", aun mientras se saciaba con comida de gato. Hasta le dí, además, unas galletas de semilla de ajonjolí. Y siguió pidiendo más, entre bocado y bocado. ¡Adolescente típico!

Video: las gaviotas.