Over-exposed

At low tide on the open sandy areas north of Oyster Bay, almost all that can be seen are the sand dollars. Underneath ( I dug down) there are more sand dollars. Many more. And the occasional clam.

One of the sand dollars. To my naked eye, the live ones looked black, but the camera saw the red colour.

The exposed sand dollars were all waving their spines, trying to bury themselves in the sand as the water receded. They look helpless, but they're quite efficient diggers.

And one lonely crab molt.

Coming up to the ship graveyard, the sand dollars peter out, and other critters show up.

One of the old ships innards, draped with sea lettuce.

Those round lumps in the sand? Sand dollars, sheltering. Every few steps I could feel one crack under my foot. Sorry, guys!

Beside the ship above, I found this unhappy Opalescent nudibranch, Hermissenda opalescens. Also a worm poop.

The very low tides can be hard on creatures from the lower intertidal zones. Out of the water, those rusty iron ship bones get hot. I found a couple of limpets belly up in the heat beside this boat. I brought them home wrapped in cool, damp sea lettuce: one survived and is now cleaning the wall in my tank.

And this nudibranch was moving sluggishly, out exposed on warm sand. I took a few photos, then covered it with several layers of wet sea lettuce.

Orange starfish, with one new arm.

I found green anemones, a pink anemone, a very red one (mostly buried, keeping away from the sun), and this orangey one, under a couple of inches of water. A hermit crab is sheltering under its shadow.

A row of whelks, closed down to preserve moisture. The sea lettuce here is still wet, and if you look closely, you'll see a green anemone (or is it two?) still open for business.

Starfish can move quickly when they want. On the far side of the boat, I saw a big purple starfish. By the time I went around to that side, having to go up onto the headland to dodge shoe-eating mud, I couldn't find the star anywhere. It had probably buried itself under the sand; starfish don't like sunshine.

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Cuando la marea está baja, en la playa arenosa al norte de Oyster Bay, todo lo que se ve son los dólares de arena. Y debajo de la arena (excavé varios hoyos) lo que se encuentra son más dólares. Y una que otra almeja grande.

Los dólares de arena vivos se ven, a mis ojos, negros. Pero la cámara ve el color rojizo. Todos los vivos estaban agitando las espinas, tratando de enterrarse bajo la arena, fuera del alcance de los rayos del sol. Parecen no tener defensas, pero son capaces de desaparecer en pocos minutos.

Un cangrejo había dejado su muda de carapacho. Al tostarse se hace más rojo.

Estas mareas bajas son un episodio difícil para muchos animales de la zona baja; no toleran el sol. Y junto a los barcos viejos, que normalmente proveen habitat para muchos, ahora se siente el calor; los fierros viejos se secan y se hacen un hornito. Al lado de este barco, encontré dos lapas boca arriba, lo que no se ve si están sanos. Me los traje a casa envueltos en un poco de alga marina húmeda; una sobrevivió y ahora está felizmente limpiando la pared de mi acuario.

Y un nudibranquo, Hermissenda opalescens, sufría en la arena; apenas se movía ya. Le saqué unas fotos y luego la cubrí de varias capas de algae.

Luego había una estrella de mar anaranjada, con una pata nueva.

Y una anémona anaranjada en un poco de agua. Un ermitaño se estaba escondiendo en su sombra.

Vi anémonas verdes, color de rosa, y una de un rojo muy fuerte, casi por completo enterrada en la arena, escondiéndose del sol asesino.

Junto a los caracoles hay una anémona verde escondida entre la alga.

Las estrellas de mar se pueden mover muy rapidamente si quieren. Vi una grande, morada, al otro lado del barco. Pero cuando fui a verla, después de tener que dar toda la vuelta para evitar el lodo comezapatos, no la encontré en ninguna parte. Se habrá enterrada ya; a las estrellas de mar no les gusta el calor.